"En el relámpago" por Leandro Martínez. Reflexiones sobre Dibujos-collage de la serie en blanco y negro de Lucía Fariña.
"En el relampago"
Reflexiones sobre Dibujos-collage de la serie en blanco y negro de Lucía Fariña
La imagen creada por el [y la] artista es algo completamente diferente a un simple corte practicado en el mundo de los aspectos visibles. Es una huella, un surco, un coletazo visual del tiempo que ella quiso tocar, aunque también de aquellos tiempos suplementarios –fatalmente anacrónicos, heterogéneos- que ella no puede, en tanto que arte de la memoria, dejar de aglutinar. Es la ceniza mezclada, más o menos cálida, de una multitud de hogueras.
Pues en ese sentido la imagen quema.
Georges Didi-Huberman (2008: 51-52)
La expresión artística como activadora
de significación del presente, contagiándose del pasado y los ánimos del
futuro, irrumpe como representación de la historia contemporánea. Este presente
significado y materializado por la expresión artística del que hablamos no
tiene que ver con un “progreso” de la historia, ni mucho menos de la historia
del arte. Walter Benjamin propone pensar el presente –esta yuxtaposición entre
lo que ha sido y el ahora– como la dotación a la temporalidad de un movimento
singular donde lo eterno y lo efímero se reunen. Es allí, podemos afirmar,
donde el arte construye legibilidad.
El término Jetztzeit, elegido por Benjamin para expresar el presente, se
comprende como una partícula temporal, un tiempo-ahora, tiempo plenamente
actual, como el verdadero lugar donde puede acontecer la historia, “[el]
concepto de un presente que no es tránsito, sino en el cual el tiempo está fijo
y ha llegado a su detenimiento”.
Las diferentes formas de mirar las presentaciones
y representaciones del tiempo-ahora,
de este detenimiento, en América Latina, se encuentran colonizadas. Se disputan
sus sentidos ante la institucionalización de los mecanismos de expresión
artística, la burocracia del aparato del Estado, el mercado del arte, las
políticas culturales y el sentido común. La socióloga Silvia Rivera Cusicanqui (2015)
menciona al respecto:
La descolonización de la mirada
consistiría en liberar la visualización de las ataduras del lenguaje, y en
reactualizar la memoria de la experiencia como un todo indisoluble, en el que
se funden los sentidos corporales y mentales. Sería entonces una suerte de
memoria del hacer, que como diría Heidegger, es ante todo un habitar. La
integralidad de la experiencia del habitar sería una de las (ambiciosas) metas
de la visualización (pp. 22-23).
En este todo indisoluble que
comprendería la memoria de la experiencia de la mirada descolonizadora, la
imagen no se deja reducir, agotar, aprehender completamente, ya que algo se
escapa siempre a la mirada. Es una condición misma del ver, tal como se plantea
en el libro Lo que vemos, lo que nos mira
(Didi-Huberman, 1997). Las imágenes, en tanto lo que se ve, escapan de la
posibilidad de ser completamente determinadas por el sujeto que mira, ya que
algo irreductible en la imagen nos mira sin ser visto; pero, a su vez,
cuestionan, dividen, transgreden el sujeto que se supone mira y sus
posibilidades de conocer.
En el trabajo de Fariña, los
personajes y sujetos expresados corrompen una linealidad temporal colonizada. No
hay cronología existente. Desde la materialidad literal, se empezaron a trazar
hace tiempo, pero estas imágenes fueron guardadas, quedaron pausadas
en el tiempo, en la ceguera de un cajón oscuro, para luego reactivarse en un
tiempo-ahora pertinente. Fariña expresa de esta manera una gestión del tiempo y
del mostrar un ahora-que-ya-pasó
desde la necesidad interior.
La serie se identifica por componer
los “retazos” perdidos en el tiempo de varios sujetos mujeres?, hombres?, en
fin, diversos cuerpos, que interactúan, se acompañan, se tocan, se miran y
rechazan, como si se tratara de un retrato nostálgico de una comunidad pausada.
La yuxtaposición de diferentes técnicas como collage de dibujos y fotocopias,
expresan la propuesta de la autora de tomar el pasado no como hecho consumado,
sino que como un un conjunto de elementos que guardan en sí la potencia de
volverse legibles en este tiempo-ahora, de construirlo con una gestión del ahora. La lectura de los
hechos que representan sus personajes en este ahora-que-ya-pasó no podrá manifestarse sino a través de una imagen
que los intercepta en el instante justo. Casi como un relámpago que azota el
tiempo-ahora que habitan.
Las imágenes que crea Fariña en esta
serie, encierran en sí una temporalidad singular en la que el pasado que evoca se
reconfigura constantemente. Logra manifestarse como una apertura a la
superposición de tiempos heterogéneos donde conviven estos personajes y sus
historias. Así también permite ver las singularidades pensadas desde sus
propias relaciones, movimientos e intervalos: una legibilidad del pasado
expuesta en la imagen. Así lo expresa Benjamin: “Pues es una imagen
irrecuperable del pasado que amenaza desaparecer con cada presente que no se
reconozca aludido en ella”. Es, entonces, en las imágenes, en esta consecuencia
del relámpago, donde el tiempo tiene una oportunidad de ser captado.
Leandro Martínez
Gestor Cultural
Comentarios
Publicar un comentario